Antes de ponerse a escribir una novela, un escritor puede dejar definida la historia, los personajes, y cada uno de los giros argumentales que contendrá la narración. A esto se le llama ser un escritor de mapa.
Por otra parte, puede ser que la novela empiece con una idea poco clara, o tan solo con unos personajes y una situación concreta, ignorando hacia dónde irán los acontecimientos. Así escriben los escritores de brújula.
¿Cuál de estos dos métodos genera una novela mejor? Me temo que no puedo dar una respuesta, principalmente porque depende mucho de los gustos de cada lector; pero sí que voy a intentar describir –desde mi punto de vista– los pros y los contras de cada una de estas formas de narrar. Y, antes de nada, decir que yo he usado ambos métodos (aunque reconozco tirar más hacia la brújula).
Un escritor de mapa…
-Mantendrá una mayor coherencia durante la creación de la historia.
-Puede saltar de un capítulo a otro sin problema.
-En general, no sufrirá la famosa “página en blanco”.
-Tiene la capacidad de elaborar una trama con muchos personajes.
Pero…
-Necesita bastante tiempo antes de comenzar la novela.
-La trama será más rígida.
-Puede cambiar la trama cuando quiera.
-No necesita de un tiempo previo para comenzar a escribir.
Pero…
-Necesita dedicar bastante tiempo, tras finalizar el borrador, a encontrar problemas de coherencia.
-Tendrá una forma más “lineal” de escribir, yendo del principio al final.
Nunca lo había visto de esta forma. Yo pensaba que se escribían de forma lineal, pero con una mezcla de las dos formas que cuentas.
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Ya te digo, depende mucho del escritor (y del momento). Cuanto más detallado está el argumento y los personajes, más sencillo resulta escribir no linealmente.
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He escrito hasta ahora uno solo, pero me he dado el gusto en no saber qué iba a suceder desde la primera línea. Han aparecido ante mis ojos personajes maravillosos unos, otros no tanto. Algunos, inclusive, han sido como estrellas fugaces, entrando y saliendo sin que yo pudiera hacer algo para evitar su desaparición. Han muerto quienes no debían morir, o lo han hecho antes de tiempo, mientras que los que más aborrecí aterrorizaron muchas de mis noches, llevándome al borde de la locura.
amzn.to/1bro6e9
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Pingback: Crear una novela (II) | David J. Skinner
¿Trama rígida en el caso del mapa? La trama es una al finalizar la obra sea cual sea el proceso, no hay más rigidez que esa y se aplica a ambos métodos. Mientras es mapa, y ya entrados en el período de escritura, nuevas líneas se pueden ir trazando en él sin mayor problema.
Las ventajas que presentas para la brújula parecen nimias, casi caprichosas. Los cambios se pueden introducir en ambos métodos y el tiempo previo ahorrado se invierte, muchas veces multiplicado y abocado al fracaso, en la revisión posterior. Ojo, no digo que la brújula no cuente con ventajas, digo que quizá no hayas comprendido bien las ventajas de emplear uno u otro sistema. Quizá. 🙂
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Igual no me he terminado de explicar bien. Quería decir que la trama es más rígida durante la escritura (una vez finalizada debería ser igual de rígida en ambos casos…).
Muchas gracias por comentar y, como digo, de esta forma es como yo lo veo, que en absoluto quiere decir que sea la verdad.
Saludos.
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