Han pasado tres años desde que se resolviera el caso del Ajedrez cuando comienza esta novela, aunque su principal protagonista, Antonio Cerezo, no es policía (lo fue en su día), sino investigador privado. Un investigador privado especializado en infidelidades que es contratado para verificar la autenticidad de un testamento. A lo largo de la novela, Cerezo se verá involucrado en un caso de drogas, y será perseguido por el comisario de la Brigada Central de Estupefacientes, antiguo compañero —que no amigo— suyo.
Esta novela, que sigue el estilo marcado por Los crímenes del ajedrez, cuenta con una gran variedad de personajes, desde la familia del fallecido Cortés hasta miembros de la policía, tanto de Homicidios como de Estupefacientes, pasando por mafiosos, poderosos grupos ocultos y sicarios sin escrúpulos. Mucha intriga y unos cuantos momentos de acción trepidante son las partes a destacar en la historia.
Una historia que finaliza las tramas abiertas, pero que dejará, sin lugar a dudas, ganas de más al lector.
Esta novela resultó finalista, en 2012, del Segundo Premio Wilkie Collins de Novela Negra, y ha sido ganadora del Segundo Premio de Narrativa Libros Mablaz en 2014, siendo publicada en enero de 2015.
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